El mole

Dicen que Octavio Paz hizo una comparación entre la India y México
, sobre lo que he meditado para llegar a la conclusión de que ambas culturas en el aspecto gastronómico se parecen poco.
Tengo derecho a meditar -desde Descartes-, pero sea tenido en cuenta que derecho no es sinónimo de veracidad: con una alta probabilidad, mis meditaciones no llegarán a la altura de las de Don Octavio.
Salvado así el sentido omún, continúo con lo mío, y decía que se parecen poco: Lo primero sobre lo que llamaría la atención para apreciar la diferencia es la consideración de la vida: En la India la vida está en primer lugar; en México, suelo decir, gratuitamente claro, que la vida vale lo que vale y en algunas ocasiones, demasiadas, no vale nada. Esta diferencia, a mi entender esencial, separa los elementos gatronímicos de ambas culturas diametralmente. En un extremo está la cutura gastronómica méxicana, desbordante, que le va a todo -hasta a los chapulines-, y que deriva de ese 'comer y comer' que sucede en México. No así en la India en dónde lo veg tiene una presencia real (por ejemplo, por la calle se ven chanchos y nadie piensa en asarlos) lo que hace que la India responda a sus necesidades gastronómicas de otra manera,  partiendo del paraíso de sabores de que dispon, quizá por hzares de la geoclimática -si es que esto existe y del empleo masivo de productos agrícolas.
Pero vuelvo a lo que venía, el Mole: El poblano es  una mezcla de especias realizada por religiosos católicos. Vaya... Esto es un poco desconcertante, como si el curry hubiera sido realizado por unos esquimales que llegaron para quedarse.
Bueno, hay otras versiones. Ya se sabe que e México las cosas son, pues como te diría, como que así..
Ilustra  un paseo por esta referencia.
Y en esto sí que se parecen las culturas: las cosas son más bien como conviene. Quizá eso es lo que convenció al poeta.




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