Lasaña de verduras y carne picada

Una receta con una sabrosa dedicatoria de Ana que invita a disfrutar de la cocina.
Ingredientes

Salsa de tomate
Salsa besamel
4 zanahorias
medio pimiento verde
medio pimiento rojo
2 calabacines
200 gramos de carne picada
Queso parmesano para gratinar
Láminas de pasta (he utilizado de la marca Barilla "lasgna all'uovo")
Sal y sal gorda
Azúcar moreno
¿Cómo se hace?
Previas
Hacer la salsa de tomate.
Cortar las zanahorias y los pimientos y freirlos. 
Poner a freir primero las zanahorias, que tardan más.
Cortar en láminas no muy finas los calabacines y freirlos. Poner el agua a calentar para cocer las láminas de pasta**.
Cuando hierva el agua, echar sal gorda y una a una echar las láminas de la lasaña. Es importante incorporar las láminas una a una porque si no se pegan entre sí. Es importante cocer las placas el tiempo que mande en la caja: nunca más tiempo (ése es el secreto de la pasta; también del té: vigilar los tiempos).
Mientras cuece la lasaña (20 minutos en mi caso), se puede hacer la beschamel.
Freír la carne picada con un poco de pimienta negra y hierbas provenzales.
Cocción
Encender el horno a 180º. 
Montar la lasaña. 
Hoy la he montado así, pero suelo variar: pasta- tomate-verduras-carne-pasta-tomate-verduras-carne- pasta y beschamel por encima. 
Rallar parmesano por encima.
Meter en el horno entre 10-20'. Yo lo calculo por el queso fundido. Qué esté un poco dorado
**La pasta barilla la he cocido y ponía que se metía directamente en el horno: ¡¡¡Qué grave equivocación!!! La lasaña buenísima; pero la pasta, se ha pasado, claro...

Me encanta meterme un domingo en la cocina con un libro, con el ordenador, con cuadernos para escribir... Me da mucha tranquilidad y sobre todo, calorcito de lumbre; es una de las maneras de recibir calor que más me gustan. Estoy leyendo con un libro electrónico. Ya os conté que había empezado al Montaña mágica. El libro electrónico me confunde. Para empezar, pasas de página todo el tiempo. Y además, te enseña cuánto llevas leído. "Llevas un 3% del libro". Eso es una miseria, ¿no? Obviamente me he desmotivado y mi cabeza se ha evadido en un largo pensamiento.

De siempre me gusta comer, y comer bien, mucho más. También está claro que he tenido una buena educación culinaria. Si por culinaria entendemos únicamente el buen comer.

Cuando llegamos a cómo cocinar, eso es ya otra historia.

Recuerdo meterme en la cocina desde que soy bien pequeña a mirar. Es bien sabido que mi madre ni sabe ni le gusta cocinar así es que en casa nunca vi mucho cocinar. Sin embargo, el hecho de que no hubiera nadie en la cocina, me dejó mucho espacio para hacer experimentos en un lugar desocupado. *Nota mental: preguntar a mi madre que desde cuándo realmente cocino.

Como en mi casa no se cocinaba, a veces lo que parece evidente para todos los demás en la cocina, como por ejemplo echar sal a la comida o probar mientras se cocina, para mí han sido aprendizajes de muchos muchos años.

Sin embargo, si miro para atrás, lo cierto es que en mi vida sí que ha habido personas a la que he visto cocinar. Y a la que querría agradecer ese esfuerzo de tener a una niña preguntona subida en una silla, siempre en la cocina.

Este post va dedicado a toda esa gente que me enseñó a cocinar pero sobre todo a las que nunca les he hecho honores:

a mi tía Purita, por aguantarme en cada Navidad en la cocina, por enseñarme a hacer quiche lorraine y en realidad, por miles de cosas.

a Conchi porque el otro día cuando fui a por calamares al mercado pude decir al pescadero que ya los limpiaba yo y porque sé que en las albóndigas siempre hay que echar pan mojado en leche.

a Marcelina porque me enseñó a cocinar rápido, a echarle un quesito a la crema de calabacines y a hacer crêpes.






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4 comentarios:

  1. (por cierto, la foto se la tomé prestada a María Y. del fb)

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    1. Bonita foto, me ha hecho recordar hace unos años, demasiados? Besos desde Sevilla

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  2. Se ve que eres de Letras, que bonita redacción...... si, las láminas una por una y luego dejarlas escurrir sobre un trapo de cocina. [...] besos, Amoña

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  3. ¿Pasta que no se cuece?

    Vaya... no se si alguna vez te lo haya dicho, pero ya sabes donde estoy y que mi casa es la tuya, y por supuesto que también lo es mi cocina.

    Besos.




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